Esta casa en Yerbabuena, fue durante muchos años el refugio de una familia grande, de risas compartidas, de chimeneas encendidas y mesas largas donde siempre cabía alguien más. Entre sus muros crecieron hijas que llenaron los pasillos de pasos ligeros y sueños grandes.
Con el tiempo, ellas se casaron, viajaron, y la vida las llevó a otros destinos, a nuevos comienzos. La casa, generosa como siempre, las vio partir con orgullo, guardando cada recuerdo entre sus techos de madera y sus ventanales abiertos al jardín.
Los padres tomara el rumbo de sus hijas, por eso hoy este hermoso hogar se ofrece a una nueva familia, una que vuelva a encender la chimenea, a llenar el quiosco de conversaciones interminables, a celebrar la vida en su gran parque verde. Una familia que escriba aquí su propia historia, mientras esta casa, fiel y cálida, vuelve a abrir sus puertas para amar de nuevo.
Si sientes que esta historia puede continuar contigo, esta casa te está esperando.