En medio del verde de Arbeláez se levanta una finca que ha sido el corazón de una familia amorosa. Con sus 3 fanegadas y muy cerca del casco urbano esta finca con cuatro habitaciones acogió las risas de tres hijos que crecieron disfrutando de la compañía de sus padres, de los juegos bajo el sol y de mañanas tranquilas donde el café recién cultivado era el protagonista.
Esta finca no solo dio hogar, también floreció en ella la pasión por las orquídeas, que llenaron cada rincón de color y vida. Entre cultivos de café, el canto de los pájaros y el aroma de la tierra húmeda, esta familia encontró un refugio para compartir, descansar y crecer unida.
Hoy, el lugar espera a alguien que quiera continuar su historia: disfrutar del campo, de la tradición cafetera, de los jardines y del abrazo constante de la naturaleza. Porque aquí no solo hay una finca… aquí hay un estilo de vida hecho de raíces, amor y mañanas con aroma a café.